lunes, 17 de febrero de 2014

Falsas Creencias sobre los Psicólogos

A menudo escuchamos muchas afirmaciones acerca de los oficios, expresiones que van pasando de una boca a otra y que, con el tiempo, se consolidan en una falsa "realidad". ¡Los psicólogos tampoco se libran! Por ello, para aclarar cuál es su verdadera labor, desmentimos algunas de estas creencias...





"Un psicólogo y un psiquiatra es lo mismo"
Los psiquiatras medican, se basan en una perspectiva más biológica. Los psicólogos no medican, aunque en ciertos casos se coordinan con los psiquiatras cuando es necesario complementar la terapia con un apoyo farmacológico.

"Al psicólogo solo van los que están "locos"

La psicología no está indicada únicamente para las persona que padecen una enfermedad mental, sino para cualquier persona que se encuentre atravesando un momento difícil y necesite una ayuda que no está al alcance de las personas de su entorno. En los últimos años, en países como Estados Unidos, cada vez hay más personas que van al psicólogo como un medio para el crecimiento personal.

"Ir al psicólogo es cosa de débiles"

Reconocer que tengo una dificultad, no es un acto de debilidad, sino de honestidad. Si no reconozco mis limitaciones jamás podré pedir ayuda.

"Si voy al psicólogo tendré que ir siempre"

El ir a un psicólogo no implica dependencia. Tiene un principio y un fin. La duración de la terapia dependerá del problema que le ha llevado al paciente, y termina cuando el paciente se encuentra con las herramientas suficientes para poder continuar por sí mismo.

"Los psicólogos pueden leer la mente"

Un psicólogo no es un vidente. Necesita de la persona la información necesaria para poder saber qué es lo que le ocurre y la mejor manera de abordarlo.

"Los amigos y la familia sustituyen a un buen psicólogo"

El apoyo social y familiar es una necesidad vital. Desde la terapia se potencia para reforzar todo lo que se va alcanzando a nivel personal. Pero, no hay que olvidar que no poseen una formación especializada por lo que muchas veces la situación se escapa de su entendimiento. Además, en la consulta, el paciente es capaz de ir abriéndose y expresar emociones y pensamientos que, probablemente, jamás le contaría a personas cercanas.

"No creo en la psicología"

La psicología es una ciencia, se basa en basa en hechos contrastables. Los psicólogos identifican las dificultades que posee la persona y ponen a su disposición diferentes recursos y técnicas para superar sus limitaciones y afrontar sus problemas. Desgraciadamente, como en todos los oficios, hay mejores y peores profesionales; lo importante es encontrar a una persona capaz de ayudarte a encontrar la solución a tus males.

jueves, 6 de febrero de 2014

Beneficios de jugar a disfrazarse

¿Por qué es bueno disfrazarse?

Jugar a disfrazarse es algo muy necesario en la vida de los más pequeños, ya que contribuye a su desarrollo. Cuando el niño se viste de un personaje y se imagina una historia con ese disfraz, está dando rienda suelta a su fantasía y espontaneidad; por tanto, estamos estimulando su creatividad.

Además de divertido, disfrazarse es una buena forma de superar miedos  y dificultades de relación como la timidez. Al dejar de lado su identidad, los niños también dejan de lado los miedos e inseguridades atribuidos a su persona y son más capaces de enfrentarse a ellos. También es la manera más fácil de enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás, lo que les ayuda a tener más empatía y a integrarse mucho mejor en el mundo que les rodea.

Particularmente en los niños, disfrazarse de un personaje les impulsa a adquirir su rol y les permite interiorizar, de forma más fácil, las normas que se le atribuyen al mismo. Del mismo modo,  cuando el niño se disfraza de una persona en particular, espontáneamente se comportará  como ella, imitará sus gestos, forma de hablar y actuar. Esto nos puede aportar información acerca de cómo percibe el niño a los personas de su entorno: padres, profesores, hermanos, etc.

¿Y si mi hijo no quiere disfrazarse?

A casi todos los niños les gusta disfrazarse pero, en el caso de que nuestro hijo no esté por la labor hay que respetarlo. Podemos indagar acerca del motivo pues muchas veces el niño no se niega a disfrazarse, sino a hacerlo con un disfraz específico. Por este motivo,  es bueno dejar que sean ellos los que elijan el disfraz que van a llevar ya que, también son ellos los que lo van a disfrutar.


Disfrazarse, ¿un juego solo de niños?

Y por último, es importante remarcar que disfrazarse no es únicamente beneficioso en la infancia, sino también en la etapa adulta. Adquirir de forma esporádica una nueva identidad nos permite dejar al margen por unos momentos  las preocupaciones  y responsabilidades de nuestra persona, para poder ser otra, liberarse del estrés y divertirse un rato con nuestros hijos, amigos, etc.